Desde la silla echo una mirada por fuera del cristal. Desde este décimo piso tengo una vista preciosa de la ciudad. Hoy está nublado pero no importa, le da el toque imprescindible a mi día, si hiciera sol no tendría sentido. Comienza a llover, parece que chispea.
Me da igual que falte una hora. Apago el ordenador, cojo el bolso y mi abrigo y me marcho, que nadie pregunte por mí.
Con una mezcla de remordimientos y de felicidad por estar ya en la calle salgo por la puerta principal del edificio con el corazón parpadeando con la incógnita de si alguien me va a ver. Comienzo a caminar por la avenida que lleva a la plaza mientras lo que antes era un chispeo ahora se convierte en lluvia que va aumentando. Las gotas de agua comienzan a caer más y más fuerte... No llevo paraguas pero me da igual disfruto de las frescura que siento en la cara. Me viene bien despejarme. No puedo evitar
Cada vez llueve más fuerte y sin importarme el resto de la gente, de la plaza, nadie... me siento en el suelo mientras hombres y mujeres corren levantando los hombros para no mojarse. Hoy soy más gota de agua que nunca.
HOY SOY LIBRE
1 comentario:
yo ayer me sentí nieve, hoy sólo soy agua, pero sienta igual de bien.
el mismo amor, la misma lluvia...
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