lunes, noviembre 26, 2007

Tan solo una palabra...

I. Mi corazón está plano, sin respiración, sigue helado. No hay solución... de momento.



II. http://boogiemovie.blogspot.com/ aterriza en la blogosfera. Jorge es guapo, atractivo, simpático, loco, retorcido, psicópata, lunático, alcohólico, un poco perezoso, ligón y a veces me cae bien y otras, me vuelve loca. Hacedle una visita y dejadle un comment.

miércoles, noviembre 21, 2007


Y así, sin darme cuenta... ha sido en unos meses, en unas semanas. Estaba él tan bien que parece mentira que hayan sucedido así las cosas. Todo ha sucedido tan de repente que nadie se esperaba tan trágico suceso.
Y es que mi corazón se ha muerto de gripe.

domingo, noviembre 18, 2007

Desde que comencé el viaje voy mirando el camino viendo los árboles pasar a toda velocidad. Así no siento ni veo cómo caen las hojas porque estamos en otoño. Quedan tan solo 4 horas para llegar a mi destino. El indicador de gasolina se ilumina y la señal de tráfico me indica que no hay más gasolineras que la siguiente o sino ya en 100 kilómetros. Indico que voy a salir y paro el coche para repostar en la gasolinera. Voy tranquila, aunque las 4 llamadas perdidas en el móvil me llamen para ver qué tal estoy, que si me encuentro mal que pare a descansar; pero lo mejor será que continúe hasta el final. Dejo el coche repostando mientras me tomo un café rápido en la cafetería.

Uno con leche y dos de azúcar en vaso de cristal. La camarera parece que no escucha pero obedece las órdenes que va recibiendo y va llenando la máquina de café a tandas. Me trae uno solo en taza... se ha confundido porque al del al lado le ha dado el mío. Nos los intercambiamos con unas sonrisas para aligerar la confusión.

No se puede pedir mucho de estos sitios, eh?- me dijo en tono bajito como para que no le oyeran.
No... aunque los vi peores.- le contesté.
A dónde te diriges- espetó
Yo no quería decir mucho más y le di largas sobre los kilómetros que aún me faltaban para llegar. Me dijo que se llama Asier. Nos despedimos con una sonrisa y un adiós con la mano deseándonos suerte en nuestros viajes.

.....
- Te sigo queriendo... que éso no se te olvide. Ya sabes que pase lo que pase, sólo estamos los dos. - Me dijo seis años después de conocerle.

lunes, noviembre 12, 2007

suspirar

Suspirar... desperdiciar aire como el de tantas madrugadas que solté para que rebotara en tu nuca... desperdiciar tiempo en llamadas y mirando el teléfono hasta cansarme... te he contestado en noches de luna llena y ahora tengo la sensación de que no me quedan más satélites conlindantes a tus pestañas.

domingo, noviembre 11, 2007

Estando yo tumbada en lo más alto de ese pico después de demostrarme en lo baja forma que estoy, tomando el sol, aprovechando que aún no hay nieve cuando oigo esta conversación:

Novio a novia (ÉL): Pues sabes... a esto se le llama picos de europa por que están en europa. Admeás, son las montañas más altas de Europa.

Novia a novio (ELLA): ¿Ah Si? no lo sabía... (se queda pensativa)... pero... estás seguro? porque los Alpes... ... ...

EL: No, los Alpes no están en Europa

Ella: ¿Seguro que no? Yo creo que sí, eh?

EL: Bueno, estar, están cerca pero no pertenecen a Europa.

Conclusión: Los Alpes deben de estar en gibraltar pero pertenecen a la cornisa australiana colindando con marruecos.

domingo, noviembre 04, 2007

Armonía


"Tu cara refleja armonía y paz" - Me dijo después de darle un sorbo a su copa.
"Cómo"- Pregunté, creyendo no haber entendido bien la frase.
Tu cara refleja armonía y paz... porque hay otras caras que inspiran agresividad, velocidad, espacio pero la tuya no. Tus ojos son grandes y redondos, que van en sintonía con el arco de tu ceja acoplados a lo redondos de tus pómulos, la redondez de la punta de tu nariz y además, con la barbilla. Es un claro ejemplo de que la armonía redonda de tu rostro muestra que eres una persona con paz.
Aún lo estoy flipando... lo tenía que contar.

jueves, noviembre 01, 2007

Anecdotas

M. Deschamps relata que, de niño en Orleans (Francia), un huésped de la familia llamado M. de Fortgibu le ofreció un trozo de pudding de ciruelas. Años más tarde, M. Deschamps ya mozo, pidió pudding de ciruelas en un restaurante de París. El camarero le dijo que la última ración acababa de servírsela a un señor, señor al que señaló discretamente y que no era otro que M. de Fortgibu. Muchos años después, en una cena donde a M. Deschamps se le ofreció pudding de ciruelas, aprovechó éste la oportunidad para narrar sus experiencias con relación a dicho manjar y el Sr. de Fortgibu. Acabado el relato, y mientras deglutía su pudding de ciruelas, Deschamps manifestó que lo único que faltaba era la presencia del señor de Fortgibu. En ese momento la puerta se abrió y apareció M. de Fortgibu, ahora un anciano desorientado, quien se excusó alegando que se había equivocado de puerta.