" España no ha ganado nunca la Copa del Mundo de Fútbol. En el momento decisivo, por culpa de los árbitros o de la mala suerte, nuestra selección siempre es eliminada. La realidad se parece mucho a esa jugada en la que nuestro delantero falla un gol cantado o el defensa contrario mete la pierna y saca la pelota cuando está a punto de entrar en la portería. Así es la realidad, una caja de sorpresas, una competición sorprendente de trucos de magia, una sopa de ilusiones y desengaños que se enfría en la cuchara cuando vamos a tomárnosla. Por eso resulta tan importante la imaginación, porque podemos ajustarle las cuentas a la realidad, salirnos con la nuestra, controlar los posibles finales de la jugada, hacer que los balones entren en la portería y que los dardos den en el centro de la diana, para que se abran todas las puertas y todos los peligros se resuelvan con un beso, un largo beso de amor. Imaginar significa hacernos responsables de la realidad, corregirla, entretenernos con ella, sacarle partido a los ojos del pensamiento. El pensamiento también tiene ojos, y cuando aprendemos a mirar con ellos empezamos a ver las cosas que sólo viven en las ciudades de la imaginación.
Las palabras son como una diana y un dardo, como una caja de cartón y una pelota, objetos que nos ayudan a jugar y que nos permiten vivir en las ciudades de la imaginación, ajustándole las cuentas a la realidad. Pero cuidado, piensa que si quieres ser poeta deberás hacerte responsable de tus imaginaciones. A veces resulta difícil vivir en el lugar adonde nos lleva la imaginación. Y es que aprender a imaginar no significa solamente inventarse fantasmas, brujas y marcianos.
¿Qué le has regalado a tu madre por su cumpleaños? ¡Un frasco de colonia! Pero, ¿cuántos frascos de colonia tiene tu madre? Por lo menos cuatro o cinco, porque casi todo el mundo le regala colonia a las madres en su cumpleaños. Vamos a jugar con la imaginación para ver si se nos ocurre otra cosa.
-¿Qué le regalarías a la luna por su cumpleaños? -
Una buena noche, sin nubes en el cielo, para que pudiera brillar casi tanto como el sol ( o por lo menos como una bombilla).
- ¿ Y qué le regalarías a una señal de tráfico? -
Un abrigo, porque en las esquinas de las calles hace mucho frío y es una lástima que las señales de tráfico se pasen las noches tan desnudas y tan quietas.
¿ Y a un árbol? -
Pues creo que una cena en un restaurante de lujo, con muchos platos para elegir y postres riquísimos. Lo de alimentarse a través de las raíces debe ser muy aburrido, casi tanto como el comedor del colegio. Supongo que los árboles estarán aburridos de comer siempre la misma tierra, con el mismo sabor a minerales y a barro
¿Y a un recuerdo, qué le regalarías a un recuerdo por su cumpleaños? -
¡A un recuerdo! No lo sé, déjame que piense… A un recuerdo le podríamos regalar un trozo de tiempo, para que volviese a vivir en el presente. A los recuerdos hay que regalarles una caja de cristal llena de tiempo.
Has tenido unas ideas estupendas. En su próximo cumpleaños, le puedes regalar a tu madre una noche, un abrigo, una cena y un trozo de tiempo.
Eso es difícil porque yo no tengo dinero para pagar una cena y un abrigo, y además el tiempo y la noche no pueden comprarse.
Imagínate que hablas con tu padre, le compráis un abrigo a tu madre, que ya lo va necesitando porque el suyo está viejísimo, y luego te ofreces a cuidar de tu hermano pequeño todo el tiempo que haga falta para que salgan los dos solos a cenar a un buen restaurante.
Yo no tengo edad todavía para hacer de canguro.
De verdad? Pues tendrás que pedirle ayuda a tu hermano mayor, a tu tío o a tu abuela.
Espera, espérate un momento, ¿me estás diciendo que haga de canguro sin cobrar?
Sí, y también que te fijes en el abrigo de tu madre, que hables con tu padre, que pienses en ellos, que sientas a tu hermano pequeño como una responsabilidad tuya.
Vaya, no sé si me gusta este juego.
Empezamos imaginando lo que le regalaría a la luna por su cumpleaños y acabo haciendo de canguro gratis.
-Tú verás, yo sólo te aviso de que si quieres ser poeta tendrás que responsabilizarte de tus imaginaciones. La imaginación es tan real como la realidad.
- Ya lo veré. -
Ya lo verás, si aprendes también a mirar con los ojos del pensamiento. "
" Lecciones de poesía para niños inquietos". Luis García Montero
sábado, junio 09, 2007
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2 comentarios:
Se ha hecho esperan la actualización pero ha merecido la pena.
Me ha gustado mucho. Gracias
Gracias Lau. Intentaré recuperar el ritmo.
Besos
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