domingo, diciembre 17, 2006

La conversación

Tras la pregunta hubo un silencio. Clara tan solo me miró. Silencio. Largo, intenso. 3 décimas de segundo o 3 semanas, cuánto tiempo pasó. Me respondió con silencio. Dejamos que las pupilas hablaran, que dieran un discurso en humor vítreo dilatadas a merced del vaivén del movimiento de los focos. Comunicación en morse basada en el parpadeo rítmico y sensual del choque asimétrico de las pestañas.

Las frases luego comenzaron a salir solas. Me ahogué en sus palabras, en su tono de voz, en su dulzura… Los segundos fueron alargándose para nosotros, nos reservarnos un trocito de mundo dentro del nuestro. Me perdí en su intensidad, en su humor, su risa y sonrisa, en el brillo de sus ojos mientras las letras de lo que nos decíamos giraban a nuestro alrededor dejando el bar a un lado para convertirse en el lugar más maravilloso del mundo.

No podía parar… no podia dejar de pensar… no podía dejar de imaginármelo…
Durante horas sólo deseé conocer qué tacto tenía su piel… No existe otra razón de mi vida: Quiero ser gota impermeable permanente en su piel… Bailar y cambiar el rumbo del codo a la rodilla, de la frente a las manos, del tobillo al culo, del cuello al hombro… horizontal, vertical, transversal, diagonalmente y siempre en velocidad constante a la intensidad de sus suspiros.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bonitooooo!

Joao dijo...

Las frases comenzaron a salir solas. Los ojos hablan, sí señora.

Anónimo dijo...

Ô_Ô ja ja ja

Laura Abella dijo...

Yo le llamo el tacto de la mirada...en verdad que poco deeríamos necesitar las palabras!!

DeZTiNo ^^ dijo...

para comprar tabaco tampoco es plan de usar la mirada con el tio feo que me lo vende xDDDD