Cada mañana me peino los mechones que me quedan con mis manos huesudas. Hay que ver, cuando se mezclan mis cabellos en los dedos no sé cual está más blanco, más pálido o más canoso...
Como cada mañana intentaré no mirarme al espejo, desviar la mirada... no vaya a ser que me hunda en los surcos de mi cara. No es que me molesten las arrugas, no es eso, me molesta su profundidad, me recuerdan el tiempo que llevan ahí y que yo no las vi mientras desviaba la mirada.
Cada vez soy más pequeña, menos alta, menos algo,... encojo por segundos, tantas veces desee ser más diminuta para pasar desapercibida pero ahora me da asco mi cuerpo, mi cara, mi pelo y mis manos...
Decían que era bonita... decían que era preciosa... ojala volviera a escuchar uno sólo de aquellos halagos que me avergonzaba y me hacían huir calle abajo...para escapar… escapar de su mirada, de su labia perpetua e indiscriminable que le hacía piropear a todas las muchachas con las que se cruzaba. Yo no era la excepción... en nada lo era. Me halagaba como a las demás y se marchaba con la de la falda más corta del pueblo.
Y yo, que deseaba que habláramos de estrellas, de libros, de canciones, de historias, de películas... y nos riéramos juntos para acabar las risas repasando el largo de mi falda…
Ahora camino despacio, ya no puedo si quiera huir... para qué si ha pasado demasiado o no ha pasado nada... me miraste a los ojos y me dijiste que era bonita, que era preciosa. Y mi pelo se volvió blanco, mis manos huesudas y mi cara se llenó de arrugas... Dicen que sólo tengo veinticinco pero mi alma me grita que en quince alcanzaré el siglo... Y no tengo fuerza para huir porque nadie me fabricó muletas para las mariposas del estómago... Así es mi conciencia anciana que peina las canas porque tiembla con las ganas de sentirte respirando en mi espalda una de estas mañanas... Así, volvería a ser una niña... de piel tersa y duras piernas que con una tiza iba a escribir en el suelo las cuadras de rayuela y la utilizó para escribir tu nombre… Y cuando terminó se avergonzó e intentó borrarlo pero no era posible y es que… ¿A quién se le ocurre escribir con el corazón?...
Como cada mañana intentaré no mirarme al espejo, desviar la mirada... no vaya a ser que me hunda en los surcos de mi cara. No es que me molesten las arrugas, no es eso, me molesta su profundidad, me recuerdan el tiempo que llevan ahí y que yo no las vi mientras desviaba la mirada.
Cada vez soy más pequeña, menos alta, menos algo,... encojo por segundos, tantas veces desee ser más diminuta para pasar desapercibida pero ahora me da asco mi cuerpo, mi cara, mi pelo y mis manos...
Decían que era bonita... decían que era preciosa... ojala volviera a escuchar uno sólo de aquellos halagos que me avergonzaba y me hacían huir calle abajo...para escapar… escapar de su mirada, de su labia perpetua e indiscriminable que le hacía piropear a todas las muchachas con las que se cruzaba. Yo no era la excepción... en nada lo era. Me halagaba como a las demás y se marchaba con la de la falda más corta del pueblo.
Y yo, que deseaba que habláramos de estrellas, de libros, de canciones, de historias, de películas... y nos riéramos juntos para acabar las risas repasando el largo de mi falda…
Ahora camino despacio, ya no puedo si quiera huir... para qué si ha pasado demasiado o no ha pasado nada... me miraste a los ojos y me dijiste que era bonita, que era preciosa. Y mi pelo se volvió blanco, mis manos huesudas y mi cara se llenó de arrugas... Dicen que sólo tengo veinticinco pero mi alma me grita que en quince alcanzaré el siglo... Y no tengo fuerza para huir porque nadie me fabricó muletas para las mariposas del estómago... Así es mi conciencia anciana que peina las canas porque tiembla con las ganas de sentirte respirando en mi espalda una de estas mañanas... Así, volvería a ser una niña... de piel tersa y duras piernas que con una tiza iba a escribir en el suelo las cuadras de rayuela y la utilizó para escribir tu nombre… Y cuando terminó se avergonzó e intentó borrarlo pero no era posible y es que… ¿A quién se le ocurre escribir con el corazón?...
5 comentarios:
¿Por qué siempre en tus textos hay una frase que me engancha, em revuelve por dentor y me pellizca el alma?.
Un besote gordo.
escribir con el corazón es como salir a dar un paseo en medio de una batalla que no se ve.
buena!
Reina mia soy Joao que ayer intenté comentar y no me dejó. No te voy a decir a qué me recuerda este texto, pero si te digo que ya les gustaría a muchos de los que publican libros escribir así de bien. Este es ya mi blog de cabecera.
Hola Ene!
Que bien escribes por dios...hace días que no me paseaba por tu blog, y una se enganca aquí a leer leer y leer.
Una maravilla.
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