domingo, octubre 22, 2006

Rutina

Te acuerdas cuando paseábamos por la orilla del mar cada verano. Viendo los años pasar. Pasando de los quince a los treinta en cero coma dos. Soñamos con alargar los sueños. Te acuerdas cuando pensábamos que nos casaríamos con veinte y a los veinticinco tendríamos 3 hijos y un perro. Te das cuenta de que ahora tengo casi treinta y no quiero casarme, ni tener hijos y que prefiero los gatos. Y sobretodo, ya no te quiero a ti.

Te acuerdas cuando nos besábamos con la boca abierta con lentitud, con fuerza, durante horas para terminar pasando noches completas dedicadas a nuestra piel. Ahora nos dedicamos de 17h a 17’20h en sábados alternos y prefiero consolarme solo cuando te has quedado dormida.

Hace tiempo me dejé las pestañas imaginando en seguir tus huellas marcadas en la arena y bailar descalzo mientras decía que sí, que sí quiero… pero no es cierto, ahora ya no quiero ya no quiero casarme, ni siquiera creo en el amor, ni en dios, ni en los cuentos de princesas, ni creo en ti. Me he hartado de ti. Me acuerdo cuando, agarrados en un parque al sol en pleno mes de agosto hacíamos planes del futuro mientras ahora nos llamamos al mediodía para hablar menos cara a cara…

Mañana te diré que me voy… Mañana comienza mi vida… Mañana empezaré a ser yo.

2 comentarios:

Kike dijo...

Me ha gustado mucho. Suerte en tu nueva vida! Encontrarás que a mucha gente le ha pasado lo mismo. Sobre todo... ánimo y mirando al frente.

Joao dijo...

Pues es que la vida nunca es lo que pensábamos y nos va dejando heridas. Una gota de agua con dolor. Ánimo